Ensayo del contenido de Historia de los Movimientos Políticos y Sociales




Ensayo del contenido de la asignatura

El  presente ensayo es el contenido de las clases desarrolladas en clase por los profesores de la asignatura Historia de los movimientos políticos y sociales del siglo XX. Durante este cuatrimestre el tiempo ha quedado corto ante el contenido de la asignatura, por los temas estudiados que están en su gran mayoría vigentes en el debate. Los contenidos teóricos y la complementación con las lecturas de práctica personalmente han contribuido en mi formación e interés y desde ya agradezco a los señores profesores por la elaboración del presente programa. Ante el límite de páginas trataré brevemente de avanzar cada contenido, resaltaré las ideas principales de las lecturas estudiadas en las prácticas indicando su referencia en el pie de página.
Los conflictos sociales y los enfrentamientos: Al definir el concepto de acción colectiva con pequeños matices estaremos relacionando el significado del concepto de movilización social, lucha popular, acción colectiva. En ese sentido una manifestación del conflicto social en general y el político en particular, va a estar  asociado al conflicto, hecho diferente si definimos el concepto de acción social siendo un campo mucho más amplio. Un conflicto que representa al poder de los movimientos  pasa de ser latente a ser manifiesto y, siguiendo su línea se va a definir como una lucha publica de un grupo quienes se sienten agraviados por una injusticia social. Sidney Tarrow nos dice: El poder de los movimientos se pone de manifiesto cuando los ciudadanos corrientes une sus fuerzas para enfrentarse a las élites, a las autoridades y a sus antagonistas sociales[1].
En ese sentido los movimientos sociales, son movilizaciones de confrontación o de enfrentamiento público protagonizadas por grupos que realizan esfuerzos conjuntos dirigidos a influir la distribución existente del poder. Son movilizaciones públicas que enfrentan a los grupos con sus adversarios, lo importante es que estos enfrentamientos son interacciones sociales entre un grupo que realizan demandas frente a los intereses de otros, en ellos nos encontramos que las autoridades o el gobierno se ven afectados bien como blanco, bien como contestación a sus demandas, al respecto Sidney Tarrow nos dice: Los movimientos resuelven el problema respondiendo a las oportunidades políticas a través del uso de formas conocidas, modulares y a través de supuestos culturales compartidos[2]. Por otro lado la acción política colectiva como interacción se dividía en dos grupos: El grupo que convocaba la manifestación (desafiantes) y la parte a la que se enfrentan (opositores), en la edad contemporánea encontramos tres partes implicadas: los manifestantes, los contra manifestantes y las fuerzas de orden público. Sidney Tarrow  no da por válida las tres razones de Olson en su versión de los problemas de acción colectiva al sostener: No son teóricamente validos porque no son aplicables a la lógica y los recursos  de los movimientos sociales, aunque una o más de ellas podría ser aplicable a organizaciones concretas[3]. En contraposición de las antiguas formas de grandes revueltas que cubrían regiones, ahora son cada vez más autónomas los impulsores son ahora reemplazados por asociaciones, en general las élites son más difusas que las del antiguo régimen. Por otra parte tienen una fuerte tendencia hacia la institucionalización que les permitirá tener una mayor duración porque tienden a producir organización de carácter formal o informal vinculadas a las mismas movilizaciones, en relación a todo esto Sidney Tarrow  considera: Conjuntamente, las oportunidades, los repertorios, las redes y los marcos son los materiales con los que se construye el movimiento.[4] Este capítulo nos lleva a sostener que los movimientos y las oleadas de movimientos, son los principales catalizadores del cambio social y forman parte de las luchas nacionales por el poder. El segundo tema de la asignatura trata sobre el movimiento social y, todo lo que se circunscribe en ella, el profesor Rafael Cruz nos dice que el movimiento social es una forma concreta de acción colectiva, es una campaña sostenida para realizar demandas utilizando diversas actuaciones que publicitan en el espacio público unas reclamaciones y que permiten un despliegue de señales de respetabilidad, unidad, número y compromiso. Con una afirmación más contundente nos dice: El enfrentamiento colectivo, abierto y conflictivo es una de las posibles respuestas a las desigualdades y conflictividad inherentes a las relaciones sociales en cualquier espacio y tiempo[5]. En ese sentido el movimiento social es la forma más acabada y compleja, un despliegue sostenido que combina diferentes formas de acción, respaldadas por campañas de movilización que puede ser convencional transgresora o violenta y, que aparecen de forma intermitente cada vez que se activa el tema objeto de movilización. Los enfrentamientos que se sitúan dentro de la política incluye tres esferas conectadas entre sí cuyos nombres serían: la política pública, la política de enfrentamiento y la ciudadanía.  Frente a esta relación definida por el profesor Rafael Cruz tenemos: Las tres instancias de la política se relacionan entre sí. Los derechos de los ciudadanos y del Estado, por ejemplo, proceden de la negociación entre una constante política de enfrentamiento y las instituciones de la política pública[6]. Los movimientos identitarios son motivo de orgullo, gracias a ella pueden alcanzar el reconocimiento político, la gente actúa colectivamente no solo para reafirmase en su propia identidad sino también para realizar unas reivindicaciones concretas. Las identidades son muy variadas religión, etnia, ecologista, pacifista, en cualquier caso son múltiples y lo normal es que se solapen unas con otras creando un entramado complejo. El profesor Rafael Cruz nos dice al respecto: Las identidades colectivas son procesos sociales por los que las personas se reconocen integrantes de una comunidad, al compartir experiencias, representaciones, quejas, etc.[7]. Si se llega a institucionalizarse las principales reivindicaciones del movimiento social esta muere, con el fin de impedir esta desmovilización los líderes más radicales están siempre vigilantes ante las negociaciones de los líderes más moderados. La desmovilización total puede acabar con estos movimientos de no ser así, lo más probable es que se radicalice desembocando en una situación revolucionaria, cual riesgo sería que al sufrir la represión se radicalicen y no desaparezcan hasta el punto de ser sectario y terrorista. Con mayor amplitud nos dice el profesor  Rafael Cruz: La espiral de enfrentamiento entre actores políticos y gobiernos, en la que participan los repertorios, puede desembocar en situaciones revolucionarias[8]. Ya en un tercer capítulo de la asignatura vimos la aparición de los movimientos sociales. Iniciamos esta parte contextualizando que la palabra repertorio contribuye a describir lo que sucede cuando se identifican un conjunto limitado de esquemas que se aprenden, se comparten y se realizan mediante un proceso relativamente deliberado de elección. El repertorio es a la vez un concepto estructural y cultural, que incluye no sólo lo que los contendientes hacen, sino lo que saben hacer y lo que otros esperarían que hiciesen. El repertorio cambia con el tiempo. El repertorio anterior a la acción colectiva era local. La acción colectiva explotó las celebraciones públicas empleando un simbolismo rico, extraído de los rituales religiosos y la cultura popular. Al respecto el profesor Rafael Cruz expone: Esa historia de los repertorios revela un componente cultural, porque un repertorio es un conjunto de herramientas que llamamos cultura, es decir, combinaciones de símbolos, representaciones, prácticas y significados[9]. Aquella manifestación de ejercicio del derecho a la acción colectiva expresó su intención el 27 de febrero de 1981, donde más de un millón de ciudadanos se manifestaron contra la Repulsa por la sublevación militar 23 –F. Analizar las relaciones de este proceso de acción colectiva de movilización y protesta por toda España representa la adquisición y defensa de los derechos de ciudadanía democrática, unas relaciones que se encuentran en una influencia mutua. Frente a este acontecimiento nos dice el profesor Rafael Cruz: La movilización en los procesos democráticos no tiene por qué pretender la desestabilización de la democracia, como esperan aún los defensores de posturas antidemocráticas.[10].Los derechos de ciudadanía, no son teoría ni una fórmula contractual fija, sino parte de una relación y un proceso social que conecta los horizontes de las expectativas y prácticas como los horizontes de las expectativas y prácticas de los gobernantes. En uno de las conclusiones sobre el tema en referencia el profesor Rafael Cruz expresa: La acción colectiva desplegada como derechos de ciudadanía es el mejor símbolo del conflicto, (…) el instrumento más rápido y directo para definir y reconocer el conflicto[11].                          
En el cuarto tema los movimientos obreros hasta 1914, tenemos que la base teórica  Marxista considera a los trabajadores dentro de la categoría social “como asalariados modernos, que privados de medios de producción propios, se ven obligados a vender su fuerza de trabajo para poder existir”, Manuel Pérez Ledesma considera el concepto de la clase obrera en una línea más amplia de la categoría social. Considera que  la formación de la clase obrera  está sujeta al plano  histórico como también en el plano económico, político y cultural. Toma posición del inicio de la clase obrera desde la opción de los artesanos especializados,  llamados la “aristocracia obrera”, por tener mejores condiciones laborales y salariales que el resto de sus compañeros y, por lo tanto, había mejor disposición de organización, pero su análisis de la clase obrera no sólo va por esa vía, sino que es fortalecido al comprender otros aspectos que convergían en sus costumbres, sus tradiciones, etc. Ahí viene su interrogante de cómo se puede crear  una conciencia de clase en un grupo tan irregular, donde diversas situaciones impedía ser  iguales en su forma. Desde esa visión considera que la formación de la clase obrera debe ser tomada en cuenta también desde el punto de vista cultural.  En ese sentido Pérez Ledesma hace notar la importancia de un “lenguaje de clase” donde palabras como lucha de clases, clase, burguesía, proletariado o emancipación, etc. era frecuentemente hablado desde un grupo determinado de trabajadores y  por lo tanto no era casual. Estos conceptos dieron un acercamiento más confiado, seguro y compartido como algo común, algo propio de ser considerado en un obrero. Esta razón del lenguaje de clase para el autor fortaleció su postura de hallar una explicación de la formación de la clase obrera, como una creación cultural.
Entrando a otra de las explicaciones del autor, la elaboración y difusión de mitos, rituales hicieron posible la construcción cultural de una nueva identidad y la sustitución de identidades precedentes o alternativas, esa relevancia hizo del mito en la formación de la clase obrera, en lo que respecta su extensión y valoración de los símbolos. Ya en España estos mitos también mostraron su presencia, tomando como referencia la última década del siglo XIX, estableciéndose en la condición de mito funcional, es decir, desde la consideración de inicio o de lo original. Pérez Ledesma hace acotación que la lucha por las ocho horas, en EE.UU., llevado a cabo el 1º de mayo de 1886 y, en especial el juicio y ejecución de los mártires de Chicago constituyó un mito de la clase obrera que siguió su camino “victorioso” desde el inicio hasta la actualidad. Lo que trata de transmitir la clase obrera es crear un identidad y esa identidad debe ser en función de ella misma, claro, para  lograr estos objetivos considera que es necesario transmitir dos rasgos que son muy frecuentes y, que por lo tanto, debe ser tomado en cuenta desde una visión dualista de la sociedad y haciendo frecuente y dramática la representación de la miseria. Termino esta parte considerando que todo aprendizaje que hubo y hay en la sociedad se da desde el plano cultural, pero no  desde la pasividad de las personas al empezar y/o terminar un nuevo escenario político, sino de la participación como propios actores de los cambios, reformas o transformaciones sociales. En ese sentido la formación de la clase obrera, ha tenido un proceso de conflictos entre las fuerzas que asumen el papel de ser dominantes, en este caso los patrones y/o el sistema capitalista que busca en ellos sus instrumentos de beneficios (económico, social, político, cultural, etc.) y el papel de los dominados que buscan romper las ataduras del patrón y de la superestructura a quien representa a través de unos salarios dignos, una mejora de trabajo y buenas condiciones laborales. Entramos al tema cinco, El nacionalismo y la nación. El concepto de nación surge en la época de las revoluciones liberales (independencia Americana y revolución Francesa) momento en el que se combina las ideas de soberanía, libertad política y nacionalidad. Hay que hacer una distinción entre nación política y cultural, no se encuentran en estado puro. Nación política es un concepto de carácter político jurídico donde la nación se equipara al estado y el pueblo, la nación no es todo el estado sino aquellas que tienen la nacionalidad de dicho estado, es este vínculo lo que les da derechos y leyes. El concepto de nación cultural se vincula en sus primeras etapas al filósofo Herder defiende que se manifiesta en la lengua, las tradiciones, etc. nace en la pre-Alemania estatal cuando napoleón les invade. En este concepto de oído al francés surge un nuevo discurso de la nueva Alemania que venía a decir que la nación alemana estaba compuesta por todos aquellos que tuvieran el alemán como lengua materna. Los primeros nacionalistas sin estado consideraron que  nación era un grupo humano natural de grandes dimensiones distinguible de cualquier otro grupo humano. Factores de nacionalidad son elementos objetivos que tenían en común las personas que formaban la nación, los más importantes son: La lengua, la raza, la religión, la cultura entendida en su definición más amplia.  Una situación teórica al respecto nos dice Eric Hoswbsbawm: La base del nacionalismo de todo tipo era la misma: la voluntad de toda la gente de identificarse e emocionalmente con su nación su de movilizarse políticamente (….)[12]. Es de recordar también que  el nacionalismo político tuvo trascendentales cambios que avizoraron profundas consecuencias en vías del llegar al siglo XX. Eric H., nos presenta cuatro aspectos de este cambio y a la vez nos dice: El término nacionalismo, aunque originalmente designaba tan sólo una versión reaccionaria del fenómeno, (...) para todos aquellos que exigían el derecho de autodeterminación, en último extremo, el derecho a formar un estado independiente.[13] Los sentimientos nacionalistas son sentimientos inculcados con un propósito político bien por el Estado o por unas élites políticas. El Estado es el instrumento privilegiado para construir la nación, pero inversamente dentro de los procesos de formación de los Estados los nacionalismos aparecen en dos momentos: Estado (organización política)à nacionalismo (defensa de idea de nación)à “nación” idea constituida de nación extendida, ejemplos estados hispanoamericanos. Nacionalismoà estadoà “nación” ejemplo el movimiento sionista. Eric H. muy categórico al respecto nos dice: Paradójicamente, esto se aprecia con toda claridad en los movimientos de nacionalidades que no habían alcanzado todavía la autodeterminación[14]. Ampliando algo más sobre el  Estado, fomenta una cultura oficial basada en la extensión de la lengua nacional u oficial. Se exaltan los símbolos como la bandera, himnos, escudos que están presentes con frecuencia en los edificios públicos, monedas y billetes, etc. los principales recursos nacionalizadores son: Escolarización obligatoria en escuelas públicas, se supervisan los contenidos de los libros de texto en especial a los de historia. La universalización del servicio militar obligatorio, otros instrumentos para poner en la misma dirección el pasado con el presente son: las fiestas nacionales, los museos nacionales, los monumentos y la propaganda oficial de amor y sacrificio por la patria, especialmente en tiempos de guerra. Terminando es tema recordamos textualmente a Eric H.: Sólo el sentimiento de que la causa del Estado era también la suya propia pudo movilizar a las masas; y en 1914 los británicos, franceses, y alemanes tenían ese sentimiento.[15] . Ya el tema seis de la asignatura nos lleva a los enfrentamientos colectivos en la España del siglo XX, previamente comprendemos que la  cultura es un conjunto de representaciones y símbolos mediante los cuales las personas experimentan y expresan significados compartidos, es decir gracias a la cultura la gente puede pensar y actuar sobre el mundo. La cultura política es el fruto del aprendizaje y la identificación de una visión política propia. El mundo y sus conflictos adquieren un significado determinado dependiendo de las lentes que usemos para mirar el mundo, esos conflictos que a su juicio el profesor Rafael Cruz nos dice: Las formas de acción colectiva han evolucionado en la historia hasta el punto de que hoy en España es difícil participar en un motín de subsistencias o en una movilización con destrucción de maquinarias como la luddita.[16] Casos como amotinamiento por motivos fiscales, de precios de productos básicos, de precio de tierras, etc. lo hacían cantando, con cencerradas, quemando muñecos, etc. Lo importante es que la visión de lo injusto predominaba en la definición de la justicia, no estaban siendo respetados por los otros de ahí cuando se hacía un motín los amotinados tenían apoyo social. Su acción violenta obedecía a la falta de cauces legales o su ineficacia de cara a la resolución del conflicto, por lo que consideraban que mediante las revueltas podían alcanzar sus objetivos. Son protestas reactivas ya que son causa de una reacción, que están favorecidas por coyunturas adversas como: crisis económicas, especialmente de malas cosechas, crisis fiscales, crisis demográficas, crisis de trabajo y crisis política. Para no explayarnos demasiado en el tema el profesor Rafael Cruz sintetiza diciendo: Para entender la naturaleza de las formas de acción y su pertenencia al repertorio tradicional o al repertorio nuevo, pueden utilizarse tres criterios que conciernen a una mayor o menor flexibilidad, amplitud y violencia de la acción colectiva.[17]Dando unos pincelazos al surgimiento de nuevas formas de acción colectiva aparecidas en las primeras décadas del siglo XX, diremos que estas tuvieron un marco de acción más vehemente, apolíticos y con mayor frecuencia, puesto que distintos grupos sociales utilizaban la manifestación, teniendo el mitin antes de la acción. El profesor Rafael Cruz nos da más luz sobre estos acontecimientos: En torno a 1918, (….) un buen número de ciudadanos se manifestaban o asistían a un mitin alguna vez para pedir la amnistía del comité de huelga (….) para celebrar el primero de Mayo, protestar contra la blasfemia, la salida de la guardia civil, etc.[18]. Entre la muerte de Franco el 20 de noviembre de 1975 y la promulgación de la Constitución el 27 de diciembre de 1978 se extiende un período convulso que se ha convenido en denominar transición y en hacer ver que fue perfecta y por tanto exportable a todos los países que quieran escuchar. Al respecto el profesor Rafael Cruz nos dice: Que la vía insurreccional para el cambio político no fuera la que en realidad se plasmó en hechos no quiere decir, sin embargo, que no se contemplara, sino que no pudo realizarse[19] Los nuevos movimientos sociales (NMS) desarrollado en concepto y contenido por Alberto Melucci (estudioso de los movimientos sociales - 1977) se constituían como el movimiento social del tiempo presente para arrinconar al anterior, que era tradicional, vinculado casi en exclusiva por las demandas obreras. Bien nos decía al respecto el profesor Rafael Cruz: A diferencia de los viejos, los NMS pasaron a surgir bajo la impronta de los cambios estructurales de los años 50 (…) que sustituyen al viejo sistema reivindicativo del movimiento obrero.[20] Entramos a los movimientos sociales de los años 60 y 70, verificamos en la historia que los grandes conflictos a escala planetaria no terminan, en algunos  casos  empeoran como por ejemplo el muro de Berlín y la crisis de los misiles. Hemos estudiado en esta parte acontecimientos que marcaran las costumbres, el arte, los estilos de vida, la política y en ella los movimientos sociales en un lapso de 20 años adelante. El profesor Rafael Núñez en su obra “sociedad y política en el siglo XX” analiza los acontecimientos en dos partes: Los ensayos de renovación del mundo comunista y la protesta en el mundo del bienestar, donde resaltan acciones directas de los movimientos sociales como: la primavera de Praga, la revolución cultural china, la lucha negra por los derechos civiles, de los beats a los hippis, la rebelión estudiantil del 68, el movimiento de liberación de la mujer. El poco espacio que queda al presente ensayo obliga  solamente a mencionar el título de  estos movimientos sociales, pero por su peso y la relación como estudiante universitario menciono algo más sobre  el movimiento social de la Rebelión Estudiantil. Este movimiento no pretendía  sólo cambiar las estructuras políticas, sino cambiar la sociedad, cambiar la vida misma, este radicalismo fue dirigido hacia los cauces tradicionalistas de protesta anticapitalista. Cambiar la vida misma significaba luchar contra la estructura del poder en sus dos frentes: gobierno, partidos burgueses y ejército por un lado y por el otro todo lo que se configuraba con las costumbres establecidas e ignorar  la moral burguesa. El profesor Rafael Núñez nos dice como respuesta a los acontecimientos: Aun así, una auténtica revolución en las costumbres, se estaba poniendo en marcha (….). No se había logrado cambiar el mundo, pero el mundo ya no iba a volver ser el mismo[21]. El contenido penúltimo sobre la violencia colectiva en el siglo XX recuerda  que la violencia es el rastro más visible de la acción colectiva.  Ya no resulta sorprendente  que la violencia es noticia y preocupa a aquellos que quieren mantener el orden. A esto hay que añadir que la gente tiene una morbosa fascinación por la violencia y se siente a la vez repelida y atraída por ella. Haber estudiado que los principales conflictos de este siglo donde los enfrentamientos ha sido con acciones violentas, donde al menos uno de sus protagonistas ha puesto su mira al control del poder del Estado, las políticas gubernamentales, el poder local y el poder regional, etc. En eses sentido el profesor Rafael cruz nos dice: Ha existido una creencia muy extendida consistente en pensar que la violencia colectiva (….) con la existencia  de recursos disponibles para los protagonistas con el fin de protestar contra la injusticia[22]. Después de un análisis riguroso sobre el tema de la violencia política en Europa en el siglo XX, el profesor Rafael Cruz nos dice: (….), la violencia generada por las guerras internas y las campañas de aniquilación supera también con amplitud la producida en enfrentamientos insurreccionales (….) cambios de régimen y otros procesos políticos más rutinarios.[23] Termino el presente ensayo con el último contenido del programa  Los movimientos sociales transnacionales, entramos a una etapa que equivale a decir movimientos antiglobalización el cual comprende los últimos años del siglo XX e inicios del siglo XXI, se va a dar el auge del capitalismo mundial (incorporación tigres de Asia y China), se incrementa  los flujos internacionales lícitos e ilícitos( drogas), se incrementa la asociación de las multinacionales, cambios (políticos, demográficos, tecnológicos),  desaparición del bloque socialista, políticas neo-liberales, última fase de la globalización, etc. Sidney Tarrow nos dice al respecto: (…), los movimientos sociales se extienden más rápidamente ahora que en el pasado, (....) debida en parte, a la rapidez de las comunicaciones globales y, en parte, a la aparición de movimientos trasnacionales.[24]En ese sentido la acción colectiva se encuentra en crecimiento al entrar en el siglo XXI, aunque mucho antes de las comunicaciones globales varios movimientos lo hizo a través de las fronteras nacionales entre las que tenemos a la religión, conexión entre la revolución americana, movimiento de patriotas holandeses, la revolución francesa, los defensores de la abolición de la esclavitud, etc.




[1] SIDNEY TARROW, El poder en movimiento. Los movimientos sociales, la acción colectiva y la política, Alianza Editorial, Madrid, 1994, p. 17.
[2] Ibid., p. 33.
[3] Ibid., p. 44.
[4] Ibid., p. 49.
[5] Rafael CRUZ, Repertorios La Política de enfrentamiento en el siglo XX, CIS, Madrid, 2008, p. 7.
[6] Ibid., 8.
[7] Ibid., 10.
[8] Ibid., 29.
[9] Ibid., 28.
[10] Ibid., 57.
[11] Ibid., 61.
[12]  Eric HOBSBAWM, La era del Imperio 1875-1914, Ed. Planeta, Barcelona, 1991, p. 153.
[13] Ibid., p 155.
[14] Ibid., p 172.
[15] Ibid., p 174.
[16] Rafael CRUZ, Repertorios Política de enfrentamiento en el siglo XX, CIS, Madrid, 2008, p.64.
[17] Ibidem.
[18] Ibid., 70.
[19] Ibid., p. 75.
[20] Ibid., p. 80.
[21] Rafael NUÑEZ, Sociedad y política en el siglo XX Viejos y nuevos movimientos sociales, Madrid, 1993, Síntesis, p. 232.
[22] Rafael CRUZ, Repertorios Política de enfrentamiento en el siglo XX, CIS, Madrid, 2008,  p. 93.
[23] Ibid., p. 133.
[24] SIDNEY TARROW, El poder en movimiento Los movimientos sociales, la acción colectiva y la política, Alianza Editorial, Madrid, 1994, p. 323.

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