LA INICIATIVA CIUDADANA VAMOS! EL MUNICIPALISMO Y EL PODER POPULAR
El escenario político actual lleva dos procesos que invita a sumar fuerzas y actuar
solidariamente con ilusión y fraternidad ciudadana. La participación en ellas lleva a
generar un movimiento ciudadano fuerte, consecuente, capaz de agitar y crear la
alternativa política de un nuevo gobierno central que esté al servicio de las
necesidades y demandas sociales de quienes representan la mayoría de la sociedad
española.
Estos dos procesos se ven retratadas en el Municipalismo y la Iniciativa Ciudadana
Vamos! #NadieSinDerechos, donde una no es parte de la otra, pero en el camino de las
reivindicaciones sociales se complementan entre ambas. Desde el concepto de poder,
el Municipalismo está situado dentro del Poder Constituido, es decir, desde la
institucionalidad, mientras que la Iniciativa Ciudadana Vamos! se configura en el
espacio de lo no institucional, definiciones desarrolladas anteriormente.
El esquema de poder de Jean Lefort, lo divide en dos formas: un poder singular o
poder constituido donde existe un régimen político, un sistema político, etc. que tiene
una jerarquía basada en las instituciones del Estado. La otra forma es el poder plural o
poder constituyente, porque no decirlo en un lenguaje más coloquial el poder popular
o el poder soberano del Demos que se mantiene invisible en la sociedad pero existe
porque existe el poder constituido.
Para J. Lefort el paradigma en la Ciencia Política se
da cuando: "Todos discuten en el circulo perfecto, pero siempre hay espacio por
delimitar y ese espacio justamente genera el cambio". Lefort hace notar que en las
relaciones de poder de cualquier sociedad, existe un espacio que siempre esta abierto,
donde quepan todos los organismos generados de la sociedad civil. Ese espacio es la
puerta de entrada de las plataformas, frentes de defensa, organizaciones de barrios,
comunidad de propietarios, mareas, etc. quienes son los llamados a crear las
condiciones objetivas del cambio político-social del país.
Al relacionar estos dos procesos: el Municipalismo y la Iniciativa Ciudadana Vamos! o
movimiento ciudadano, encontramos la conjugación de fuerzas que arriban a devolver
el poder de decisión del pueblo, es decir, generar poder popular. Esa visión plural debe
fortalecer ambos procesos, por el lado del Municipalismo en el desarrollo de los foros
locales, los presupuestos participativos, la democracia directa y participativa de la
gente, donde los círculos y la coordinación de los municipios del cambio sigan un
camino planificado, conociendo las demandas de su localidad y/o comunidad
autónoma. La puesta en marcha de este proceso tiene como meta el gobierno
autonómico del 2019, en el caso particular el de Madrid y sea la antesala del gobierno
central de España. Este recorrido Municipalista tiene un límite por su ámbito de
competencias, lo cual no garantiza solucionar los problemas mayores de la sociedad
como: la reforma de la constitución española, las demandas sociales y la presencia
ante la Unión Europea.
La Iniciativa Ciudadana Vamos! #NadieSinDerechos como poder constituyente o poder
plural tienen un mensaje dirigido a visibilizar la defensa de los derechos universales de
la Declaración Universal de los DD.HH. (art. 25), es un movimiento ciudadano que
traspasa los espacios de los gobiernos locales y autonómicos, enrostrando al gobierno
del Partido Popular y sus socios (Ciudadanos y el PSOE), así como al nuevo orden
transnacional. La participación ciudadana representa el músculo de la sociedad civil, no
depende de las directivas de un partido político porque se configura con todas las
sensibilidades posibles, no dispone de una estructura jerárquica por ejercer en su
interior una democracia directa de quienes la conforman. Es la voz y la acción
soberana de Poder Popular que no se organiza para terminar en una sola acción
directa y esperar los resultados. La Iniciativa Ciudadana Vamos! da los primeros pasos
para decir no a la precariedad, no a la desigualdad social entre los españoles, no al
robo del futuro individual de las personas ahora que van por el futuro colectivo que no
se los vamos a permitir, por lo tanto, necesitamos cambiar las leyes, cambiar esa
mentalidad de conformismo, para cambiar la situación de la gente.
Estas proyecciones nos plantea muchas interrogantes, una importante por su acción
inmediata nos dice: ¿Son los integrantes de los círculos quienes deben asumir las
tareas de estos dos procesos? El proceso de Municipalismo sigue su línea de desarrollo
desde el funcionamiento de los municipios del cambio y continuará porque existe un
desafío nacional a la forma de hacer política, es un mandato de la gente como
propuesta de redistribuir el poder y conferirlos a las instituciones con un modelo
representativo que sea útil a la sociedad, ahí estriba la respuesta de generosidad,
consecuencia y participación de los círculos y los municipios del cambio. El proceso de
la organización ciudadana, llama a quienes van construyendo nuevos instrumentos de
lucha de la sociedad civil, no hay que tomarlo como una duplicidad de tareas, sino
como un empuje que avive y desborde la voluntad de las personas, al decirles que las
cosas no pueden ser así, por lo tanto, tienen que cambiar.
Es una primera fase que
necesita de todas y todos, bien lo dicen los documentos organizativos de Vista Alegre
II: “…..es el círculo una herramienta más potente de la que disponemos para la
movilización ciudadana y las iniciativas de lucha y fraternidad popular, buscan
identificar las injusticias sociales, cuidar y dar apoyo a las personas afectadas y
construir soluciones entre todas y todos, lo que indica que es necesario dar
dinamicidad y músculo político a las iniciativas ciudadanas……”. Estos dos procesos nos
debe llevar al buen gobierno, donde el poder popular, sea el ejercicio efectivo de
generar respuesta a través de la organización y la participación plena del pueblo en
tomar decisiones de los asuntos básicos que le conciernen. Pero ese poder popular no
sólo debe atender problemas prácticos puntuales sino debe definir y controlar la
implementación de políticas a nivel nacional e internacional, al generar un gobierno
central que sea la propuesta de herramienta para la “unidad popular y ciudadana”, que
lleve adelante la articulación del descontento de la gente para una activación popular
que recupere la soberanía y la democracia secuestradas por la élite oligárquica.
Marzo 2017
A.A.P.
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